Las ovejas, los animales que forman manadas, siguen a la manada porque la compañía de los semejantes ofrece seguridad y les hace más fuertes, que estando solos. Este razonable instinto de supervivencia tiene también otra consecuencia, la compañía de la manada influye en el modo de actuar de cada miembro.
La manada modela el comportamiento del individuo porque es el ejemplo que conoce, y porque el conjunto de la manada condiciona, induce, y arrastra al individuo a seguirlo.
Si un individuo tiene otro comportamiento distinto, en otra dirección, la manada se alejará de él, y perderá la seguridad que da la manada, lo que hará que vuelva.
La manada es una entidad que no razona, no lo hace, solo sigue aquello que es costumbre.
Cambiar un comportamiento de manada, no se logra con el poder o con el pensamiento racional, sino creando una tendencia que se vuelva costumbre.
El poder que impone por la fuerza una conducta, es rechazado, puede ser temido, pero nunca será adoptado por la manada. Ese poder de la fuerza tiene influencia sobre el individuo, pero no sobre la manada.
La manada se modela con la costumbre, sobre todo cuando no se rompe la seguridad que ofrece la manada.
El pensamiento racional no tiene ningún peso en la conducta de manada, si alguna vez lo hace, es por ser una tendencia que con el tiempo se transforma en costumbre.
Obviamente este comportamiento es observable en los humanos, en todos.
La racionalidad y la inteligencia, no tendrá trascendencia en el modo de actuar, mientras el instinto de manada tenga tanta influencia en el individuo.
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Nosce: